El domingo 22 de diciembre, en vísperas de fiestas familiares que apelan a la paz y el amor, Jesica Tejeda Huayanay (35) junto a tres de sus cuatro menores hijos se convirtió en la victima de feminicidio número 163 en lo que va del año, ¿a manos de quién? Un hombre. De Juan Huaripata Rosales (28) quien usó un cuchillo de cocina para cometer el terrible feminicidio y parricidio, que para tratar de borrar toda evidencia, provocó un incendio. Luego, se sumó María Alvarado (45) quien falleció un día después de que su pareja le prendiera fuego mientras dormía el día de Navidad en la región de San Martín, ¿a manos de quién? Un hombre: Leoncio Daza Tejada (50). Y siguió Catty Ríos Alfaro (40) asesinada a balazos en una feria navideña de Junín, ¿a manos de quién? Un hombre: Edward Ramos Chuquimantari (44) el padre de sus tres hijos. 

Así, el 2019 estaría cerrando con la lamentable cifra de 165 feminicidios, o como bien ha identificado la periodista de Diario El Comercio, Lourdes Fernández Calvo: El año más letal para las mujeres. "Cifra supera en 16 casos a los que se registraron en el 2018, según el MIMP. Actualmente, hay 274 sentenciados por este delito que están presos en las cárceles a nivel nacional" señala en su columna. A estas cifras también la acompañan las 375 sobrevivientes de tentativa de feminicidio y los más de 200 infantes huérfanos. Proyectos de vidas truncos y destrozados por la violencia machista.

Si el 2019 ha sido el año más letal para las mujeres, y si al lado de la cifra de 165 feminicidios le acompañamos la de 165 feminicidas, es decir, 165 hombres que han cometido feminicidio. Entonces, ¿quién cree que será nominado para el hombre del año?

Por tanto, el hombre del año va para ... LOS HOMBRES.

Los hombres se han ganado con "mérito" esta nominación: el Perú ocupa el tercer lugar en casos de violación sexual en el mundo según reveló un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2016. Lima es primera ciudad latinoamericana y la quinta en el mundo en ser más peligrosa para las mujeres según indicó la investigación de la fundación Thomson Reuters. En el Perú, después del robo agravado, el delito más común es la violación según informe de 2017 del MINJUS y la ONU. En 2015, más de once mil hombres fueron a la cárcel por ese motivo. Ante esta realidad ¿qué estamos haciendo todos los hombres al respecto?

Señalar propuestas sin convocar a los hombres, darán soluciones parciales. La consigna para cambiar estas estadísticas está en lo que dijo el escritor portugués, José Saramago, Nobel de Literatura de 1998, en una entrevista de 2006: “el problema del maltrato (o el asesinato) a las mujeres es un problema de hombres, está en sus manos resolver esto, son ellos quienes deben manifestarse contra la violencia machista”. Todos los hombres debemos involucrarnos en esta lucha: nos faltan 165 mujeres, 165 hombres son los causantes. Vivimos en una sociedad machista que está diseñada en favor del hombre y en desmedro de las mujeres, donde los derechos, la participación y la justicia para ambos está medida con distintas varas. Para una muestra de ello, lo que señala la periodista y abogada, Daniela Meneses, sobre lo que reseña del libro “Invisible Women” de Caroline Criado Perez: "cómo productos, medicinas, servicios y políticas públicas muchas veces se diseñan pensando en el humano promedio. El problema, sin embargo, es que, por humano promedio, se entiende al hombre promedio". 

Frente a la denuncia de las mujeres sobre esta realidad, muchos hombres se "sienten atacados", ajenos a ser parte de la solución porque ¿Machista, yo? (como bien reseña la periodista Patricia Montero sobre la difícil tarea de reconocernos como tal) y que esta lucha es "pura histeria", pues refutan alegando que "no todos los hombres son violadores o asesinos", sin embargo, deberán reconocer que si bien no todos los hombres lo son pero sí todos los violadores y feminicidas son hombres. La causalidad se llama patriarcado, y si no hacemos nada por señalarlo y cambiar este modus vivendi machista estamos avalando un sistema perverso que se vale de consumir y matar la vida de las mujeres, niñas y adolescentes. Como bien sintetiza la canción creada por el colectivo Lastesis: "el patriarcado es un juez que las juzga por nacer,  y su castigo es la violencia que no ves."

El hombre del año va para el feminicida como también para el familiar machista, para el compañero de trabajo que acosa, para el amigo que sigue haciendo chistes homofóbicos y transfóbicos, para el peatón que voltea y sigue con la mirada a una escolar de primaria, para los jóvenes que en una discoteca no entiende que no es no, para los compañeros de promoción que dicen que ya no se puede piropear a una chica porque te denuncian, para esos amigos de whatsapp que comparten vídeos íntimos de una amiga, para el cuñado que se pone a explicar lo que debe y no debe hacer la sobrina feminista en una protesta, para el primo que dice que la violencia no tiene género, para el taxista que se indigna con la canción "un violador en tu camino" porque él no es un violador, para el jefe que trata de "loca" a una trabajadora cuando esta expone su punto de vista, para el gerente general que afirma que las mujeres no llegan a gerente porque así lo quieren, para el candidato a congresista que propone eliminar las leyes con enfoque de género y se opone a una educación con igualdad de género, para el político que ridiculiza la paridad de género y aumentar la participación femenina en la toma de decisiones públicas, para el vecino que comenta con otros que si la vecina va en minifalda y tacos es porque quiere provocar y es su culpa si alguien se "sobrepasa" con ella, para el padre que dice que no es machista mientras está sentado en la sala esperando que la esposa termine de cocinar, para el abuelo que dice que antes uno podía encontrar el amor de su vida en una menor de edad, y para todos los hombres en general que no se ponen de pie a favor de la lucha contra la violencia de género. 

Para todos ellos, díganles, que son el hombre del año.

¡Hombres del mundo, uníos contra la violencia machista!

Los hombres tenemos una tarea pendiente y urgente, desde llamar a todo esto una cultura machista con la que hemos sido formados en el colegio y en la casa hasta emprender pronto un proceso personal de deconstrucción y cuestionamiento a nuestras actitudes (micro) machistas, que pasa por reconocer la normalización de la violencia de género en la vida diaria y actuar pronto sobre nuestro entorno porque muchas veces somos condescendientes con el más ingenuo comentario de un amigo o familiar que no advierte que así reproduce esta cultura machista.

Erradicar la violencia machista es tarea de todos... los hombres.