Los "ambientalistas de ciudad" (dícese de quienes defienden parcialmente causas ecologistas sin que ello afecte su buena vida en ciudad) han acondicionado al resto de la humanidad a una nueva moral: "cuidar el medio ambiente". La farsa de esta moral es que todas las sociedades "cuidarán" de la Naturaleza, no pueden ni cuidar a sus ciudadanos de huaycos y fenómenos naturales. La Naturaleza ya no como espacio de pertenencia, sino como amenaza a la existencia humana: sólo cuando esta afecta nuestro sistema económico y social tiene real importancia. 

Pero esta moral adoptada por varios Estados, miles de empresas y millones de ciudadanos ciegamente encubre una tragedia: no cuestionar el sistema de desarrollo, de producción y consumo de alto impacto. La repentina preocupación moral por la "ecología" posibilita un rostro "humano" del Capitalismo a toda marcha, no deja lugar para cuestionar ese Capitalismo del que todos somos parte. Hace que se "sienta bien" el ciudadano al consumir y luego reciclar (en un muy precario sistema de reciclaje). Es así que su preocupación se agota cuando se trata de extracción de minerales y recursos porque eso confronta sus intereses de desarrollo. Ejemplo de ello es el BRIC (Brasil-Rusia-India-China) que quiere licencia para contaminar como lo hicieron los países desarrollados o, como en el Perú, mantener a toda costa el Proyecto Tía María de Southern Cooper.

Entonces, la "ecología" es -como diría Karl Marx- el nuevo opio de las masas: anula el discernimiento para repensar un concepto de desarrollo sostenible como sociedad. La farsa a la que estamos acudiendo durante una hora a nivel mundial se refleja en lo que dijo Nietzsche en su obra "La Voluntad de poder" (1901): 

"Cuán poco responsables se sienten los humanos de las consecuencias indirectas y lejanas de sus actos. Y con qué crueldad excesiva recae sobre nosotros el efecto que hemos causado directamente, aquel que nuestra corta vista logra percibir."

Piense en el cambio climático; en la responsabilidad social, fiscal y legal de las Empresas; piense en la ropa que lleva puesta, quizás a pagado por la elaboración en fábricas donde explotaron laboralmente a mujeres y niños y todas las consecuencias indirectas y lejanas de sus actos.

Es más cómodo luchar por el medio ambiente sumándose a " La Hora del Planeta" que cuestionar el modus vivendi de nuestro sistema. El filósofo esloveno Slavoj Žižek revela la falacia de esta "moral ambientalista". Asegúrese de verlo antes de apagar sus focos:

Los próximos 364 días y 23 horas el sistema de consumo de energía y contaminación seguirán igual como durante la única hora en que apagas tus luces, so pretexto de "cuidar el medio ambiente" y para "sentirte bien" durante "La hora del Plantea". El problema no está apagar millones de focos a nivel mundial, está en cuestionar nuestro concepto de Desarrollo, que los ciudadanos acepten la afección de sus intereses para hacer - verdaderamente y no simbólicamente- el paso hacia una Sociedad Sostenible. 

Un objeto de ejemplo de esta farsa moral ambientalista es el "FOCO AHORRADOR" ó bombillas de bajo consumo: en los ultimos años millones de personas lo compran porque a la vez reducen sus costos de consumo están "ayudando a la Naturaleza". Este fetichismo ambientalista sólo consideró el punto económico y energético, pero no su impacto ambiental, pues, contiene mercurio, chips no reutilizables, su desecho es tóxico y no hay responsabilidad de reciclaje por parte de los proveedores. Esos focos supuestamente "ecológicas" no le hacen justicia a su epíteto.

La moral ambientalista se impuso como politica energética descartando otras alternativas pero ni gobiernos ni empresas ni los ciudadanos asumen su impacto en la salud, en el ambiente, en el consumo y en la contaminación. En el medio de este debate hay - como siempre - intereses económicos, empresas y ONG's que conducen la moral de nuestros días para comportarnos de cierta manera acritica. Desde OSRAM hasta GreenPeace. 

Esto es explicado en el pequeño documental de la televisión alemana Deutsch Welle (DW), véalo antes de ponerse su polo de "La Hora del Planeta":

Entonces, usted que apagará sus focos para "salvar a la naturaleza": ¿LO HACE PARA SOSTENER “EL PROCESO DE DESARROLLO” O DEFENDER “EL PROGRESO SOSTENIBLE”?

Esta critica a esta moral ambientalista tanto en el discurso como en su acción debe llevarnos de la reflexión al análisis de alternativas. En oposición a la moral se encuentra el desarrollo de una Ética. Ya que está dispuesto a darle una hora al Planeta, puede darle una hora a ver esta conferencia del filósofo francés radicado en Perú, François Vallaeys, quien presentara en la Universidad Pacifico en 2014 su conferencia sobre la ÉTICA EN 3D por las 3 dimensiones que aborda la Ética: Virtud, Justicia, Sostenibilidad. Esta vendría a ser una alternativa a la moral ambientalista, incluso, va más allá pues recrea la responsabilidad social empresarial extensiva a todos nosotros y pasar del modelo productivo extractivo que no incorpora las "externalidades" a un sistema circular sostenible y sustentable :

Si después de todo lo dicho considera sumarse a "La Hora del Planeta", pues bien, adelante... salvar el mundo es una gran acción que el Planeta Tierra se lo agradecerá... cuando haya logrado extinguir a la especie humana. El comediante de Stand-up Comedy Contracultura y neoyorquino, George Carlin tiene unas palabras para usted en este día:

::: Recuerde: no apague la luz para que las tinieblas lo gobiernen ; )

FUENTES:

Amin Samir, Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis. Pp7-16. El Viejo topo 2009.

Harvey David. Espacios del capital. La geopolítica del capitalismo. pp. 332-338. Akal 2009

SLAVOJ ŽIŽEK "Ideología. Un mapa de la cuestión" (PDF)

Martínez Joan. El ecologismo de los pobres.

Orduna Jorge. Ecofascismo. Parque y áreas protegida. pp. 65-80. MR 2008