La noche del jueves 18 y del lunes 22 de diciembre las respectivas convocatorias a manifestarse en las calles contra la promulgada Ley 30288 de Régimen Laboral (ver proyecto de ley) reunió a más de 15 mil jóvenes que paralizaron Lima por horas, desde el centro hasta Miraflores, incluso llegando a la sede de la CONFIEP. Durante estos días la prensa ha debatido el tema, rostro de jóvenes a favor y en contra han estado ante cámaras y micrófonos, a su vez miles de personas opinaban en redes sociales y columnas. El alicaído Congreso tartamudeaba si estar a favor o en contra, sabían que algo no habían hecho bien al aprobar la ley sin debate público, politicos presidenciables trataban de subirse a la ola convenientemente, y causado esto por la impericia del Gobierno cooptado por tecnócratas de salón que se han mantenido incrédulos ante la gran manifestación de miles de jóvenes que han sabido visibilizar su indignación y generar una contundente oposición a dicha Ley. 

Ha sido la noche de los jóvenes en Lima, Puno, Huancayo, Trujillo, Cuzco, Piura, Arequipa, Ica y demás ciudades. Sin embargo, esta multitudinaria concentración de las generaciones menores de 30 años no debe perder este excepcional momento y dejar languidecer su voz y presencia pública. Debe transformar su indignación en cambio político, este es el momento de que los jóvenes sean la alternativa. En 2015 muchos politicos querrán beneficiarse con esta generación de jóvenes con miras a las elecciones de 2016, querrán simpatizar con la mayoría del electorado juvenil y querrán politizar la Ley a su conveniencia para mantenerse ellos vigentes. Puede ser este el momento de la audacia juvenil: disputar el espectro político de manera orgánica para entablar una alternativa más sólida y propositiva que responda a sus demandas y esperanzas, desde derogar la Ley hasta proponer soluciones que aborden a la informalidad laboral en los jóvenes, pero desde un enfoque en favor de acceder a los derechos laborales. Es decir transitar de la calle a la Política. La situacion actual nos demuestra que quienes nos gobiernan no son capaces de defender nuestros derechos, ¿por qué lo harían bien después? 

La noche de los jóvenes puede ser, si así lo deseamos, el origen del cambio político para el 2016. El gobierno no le tema a las marchas ni a las voces en contra, lo que teme es cuando la ciudadanía se organiza y hace suya la Política. Aquella noche muchos jóvenes querían llegar ante el Congreso, y ¿si tentamos los jóvenes, organizadamente y con propuestas, llegar al Congreso en 2016 sin darle tregua al Gobierno con su régimen ni consensuar con ningún partido político esta oposición juvenil?

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Dependerá de los jóvenes de anoche que mañana logren un cambio político: